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viernes, 16 de abril de 2010

Scottish Highlands - Las Tierras Altas de Escocia

Empecemos... y que sea con algo bonito.
Las Highlands escocesas son uno de los entornos más preciosos que tienen las islas británicas. Cientos de kilómetros de verde, colinas, acantilados, cascadas y lagos que enamorarán a cualquier persona que sienta atracción por este tipo de paisajes. Sin duda. La evidente y abundante lluvia es algo necesario para que este tipo de paisajes se mantengan y, desde luego, aunque sea lo que echa atrás a mucha gente para venir a esta zona, merece la pena.
Incluso las ciudades o los pueblos que podemos encontrar situados en esta región tienen ese encanto verde que posee esta tierra, sin excepción. Seguramente hay gente que piensa que en esta zona de Escocia se habla un idioma raro y son los típicos pueblerinos aislados del mundo "muy al norte, mucho pueblo, no debe haber ni gente y seguro que están asilvestrados...".
Nada más lejos de la realidad. Al margen del idioma gaélico, el inglés hablado por las gentes de la parte norte de Escocia es de los más correctos de este país, e incluso del Reino Unido. No encontramos gente viviendo solitaria en medio de una colina más de lo que podríamos encontrar en nuestro país. De hecho, lo bueno de esta zona es que los paisajes están en su mayoría prácticamente sin tocar, concentrándose la población en los pueblos y las pequeñas ciudades repartidas por la región, que tienen una alta densidad turística por la belleza del paisaje, y que, por tanto, no están para nada perdidas en la soledad que la gente pueda imaginar. El que vemos en la imagen es el pequeño pueblo de Strathpeffer, una verdadera preciosidad.
Otra cosa que tienen las Highlands son los lagos, como ya decíamos, con el conocido Loch Ness como estandarte, hogar del mundialmente famoso monstruo. Exista éste o no, el paraje, al igual que toda la zona, es maravilloso.
Las Highlands escocesas es una de las tierras que simplemente no puede gustarte poco. O las amas, o las odias. Tengo la suerte de estar entre los primeros, y de poder quedarme sin ningún problema contemplando uno de estos paisajes sin que pase el tiempo, disfrutando quizás de una de las pocas cosas que todavía no hemos destrozado en este mundo y que, esperemos, ojalá tardemos todo lo posible en estropear.